Ante el auge de las competiciones de baile que hay en la actualidad surge una pregunta ¿las competiciones de baile pueden ser similares a las competiciones deportivas? A lo cual existe una respuesta clara: SI. Inclusive la modalidad de “Baile Deportivo y de Competición” es oficialmente un deporte, ya que fue reconocido por el Comité Olímpico internacional (COI) en 1997 y en España por el Comité Olímpico español (COE) en el 2006. Pero en este post, va a tratar el baile en general que actualmente presente algún tipo de competición.

Evidentemente los objetivos del baile son distintos a las modalidades deportivas existentes, pero existen similitudes y características fundamentales equivalentes:

  1. Requiere de una preparación previa, física, técnica y psicológica.
  2. Se busca alcanzar un rendimiento o un resultado (dependerá de la modalidad para su evaluación).
  3. Existe un sistema de evaluación o de competición en la cual se comparan las habilidades de los participantes mediante unas reglas.

Además el objetivo de este escrito es retratar el aspecto psicológico que se presenta en durante una competición de baile, equivalente en el deporte por la serie de emociones que pueden aparecer en el desarrollo del evento competitivo.

Antes que nada hay que hablar de las emociones, consideremos que hay tres aspectos fundamentales para las mismas:

  1. La respuesta fisiológica: Nuestro sistema nervioso autónomo está involucrado en las actividades de nuestro funcionamiento interno, como los latidos del corazón, respiración, digestión, etc. ¿pero que sucede cuando sentimos mucho miedo? Nuestra reacción corporal es de tal manera que nos permite pelear o huir, ya que respiramos más rápidamente (proporcionando más oxigeno en la sangre), se acelera el ritmo cardíaco (lo cual oxigena los músculos), las glándulas adrenales segregan adrenalina (lo que permite una energía adicional), los vasos sanguíneos del estomago y los intestinos se constriñen y se interrumpen los procesos de digestión, lo cual le da la sensación de “mariposas” en el estómago, tensión en los hombros, sudor en las manos, etc. Todas estas reacciones nos preparan para enfrentar la reacción de miedo. Aunque tales respuestas fisiológicas sean internas y difícilmente detectadas desde fuera, a menudo van de la mano de reacciones que si son visibles, como ruborizarse, temblar, llorar, etc.
  1. La respuesta comportamental o nuestras acciones: Además de experimentar la respuestas fisiológicas, acompañadas a menudo del rubor, temblores, etc. También es probable que demos muestras persistentes de emoción en comportamiento o acciones y la forma en que reaccionaremos dependerá de nuestras experiencias aprendidas, por ejemplo una persona ante una situación de miedo puede pasarse todo el tiempo comiéndose las uñas, paseándose en los pasillos o vestuarios, notándosele tensión en el cuerpo; otra persona puede intentar hablar con su pareja de baile o grupo contando que se siente nervioso/a antes de subir al escenario tratando de buscar alivio, arreglar su ropa o sus implementos constantemente, inclusive se detecta la famosa “risa nerviosa”. Es decir hay manifestaciones comportamentales generales como moverse más rápido, adelantarse al tiempo en los ensayos, cierta falta de control de la fuerza, pero ya dependerá de cada individuo como haya aprendido debido a sus experiencias su academia de baile, con la familia, cultura y sociedad.
  1. La descripción consciente de nuestras emociones: Aprendemos a describir estas respuestas fisiológicas y comportamentales de nuestro cuerpo como “sentimientos”, es decir decimos palabras que pueda describir lo que sentimos, es por ello que decimos que nos sentimos “nerviosos/as por no bailar bien”, “preocupados/as por olvidar la coreo”, con “estrés por que no se preparo con más tiempo la rutina de baile”, “furiosos/as si no salen las acrobacias o elementos de dificultad como queremos”, etc. Cuando éramos pequeños y emitíamos un comportamiento emocional, la gente de nuestro alrededor solía hacer preguntas, tales como: “¿te ha asustado algo?” o “¿qué te ha hecho enfadar?” u ofrecían comentarios sobre nuestras reacciones, tales como, “¡Mira que contento/a pareces hoy!” o “no estés triste”. De tales experiencias aprendimos a ser describir y ser conscientes de nuestras emociones. A veces esta descripción tanto nuestra como de las otras personas no es del todo precisa o acertada, esto sigue dependiendo del aprendizaje y experiencia personal.

En resumen, las emociones tienes tres características importantes: a) la reacción fisiológica que sientes dentro de ti mismo al experimentar una emoción; b) la forma en que aprendes a expresar una emoción abiertamente (gritos o saltos por ejemplo); y c) la forma en que describes y te vuelves consciente de tus emociones.

En la segunda parte trataremos sobre como la ansiedad influyen en el rendimiento de los bailarines en la competición.