Cuando un artista esta a punto de salir al escenario, comienza a percibir una serie de sensaciones en las cuales aumenta la respiración, hay taquicardia, tensión muscular sobre todo en los hombros, sudan las manos, sequedad en la boca, frío en las manos, mareos, ganas de orinar, etc. Comienza a tener una serie de pensamientos dudosos acerca de la preparación, ya que se cree que no va a hacerlo bien, que va a tener errores, que debe de hacer una ejecución perfecta y el fracaso es visto como algo terrible ya que pone en juego su valía como artista y sobre todo como persona, es por ello que esa emoción desagradable crece más y si no se controla, surgen los vómitos antes de comenzar, los errores en la rutina y si es completamente incontrolable, quiere escapar, puede quedarse paralizado o inclusive desmayarse.
El miedo escénico es un estado emocional que pueden llegar a sentir los artistas (cantantes, bailarinas/bailarines, actores/actrices, músicos, etc.) al comenzar su actuación en un escenario. Cabe mencionar que en realidad lo que se siente no es miedo en sí, ya que el miedo tiene la característica de presentarse ante una situación objetiva que ponga en peligro la vida del individuo (a no ser que la actuación sea parecida a la de un trapecista sin red de seguridad, la mayor parte de las actuaciones en un escenario no son un riesgo para la vida) y está orientado al presente, es decir, al peligro de ese momento.
El miedo escénico en realidad hace referencia a la ansiedad ante la evaluación. La ansiedad es una emoción que esta orientada hacia un futuro, ya que se piensa que la actuación tendrá consecuencias negativas y terribles para la persona. En realidad no es completamente el miedo al fracaso lo que genera a ansiedad, sino a imaginar terribles consecuencias derivadas por el fracaso, por ejemplo, «No debo de fracasar, si fracaso sería terrible no lo podría soportar, puedo perder contratos, la gente no me respetará y mi vida no valdrá nada». Este tipo de pensamientos se denominan como irracionales, ya que son exagerados y no tienen sustento con la realidad. Si no se logran controlar este tipo de pensamientos, pueden seguir generando esta emoción que se puede considerar desagradable por su alto nivel, disminuir su calidad en el rendimiento y puede que el artista abandone su actividad.